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¿Te imaginas un mundo sin cookies? No, no me refiero a las deliciosas galletas que acompañan el café, sino a las que rastrean tu actividad en internet y permiten a los anunciantes mostrarte anuncios personalizados. Pues ese mundo está cada vez más cerca, porque Google ha anunciado que dejará de usar las cookies de terceros en su navegador Chrome a partir de 2023. ¿Qué significa esto para los anunciantes y los usuarios? ¿Es el fin de la publicidad online tal y como la conocemos? En este post te lo contamos todo con un toque de hum.
Las cookies son pequeños archivos que se almacenan en tu ordenador cuando visitas una página web. Estos archivos contienen información sobre tu comportamiento, tus preferencias, tus intereses y tus datos personales. Los anunciantes usan esta información para segmentar sus campañas y mostrarte anuncios relevantes para ti. Así, si has estado buscando vuelos a París, es probable que te aparezcan anuncios de hoteles, restaurantes o actividades en la capital francesa.
Pero las cookies también tienen sus inconvenientes. Muchos usuarios se sienten incómodos con el hecho de que su privacidad se vea comprometida por el rastreo constante de sus hábitos online. Además, las cookies pueden ralentizar la navegación y ocupar espacio en el disco duro. Por eso, algunos navegadores como Safari o Firefox ya han bloqueado las cookies de terceros por defecto, lo que ha supuesto un duro golpe para los anunciantes.
Google, que es el líder indiscutible del mercado de la publicidad online, no podía quedarse atrás. Por eso, ha anunciado que eliminará las cookies de terceros de su navegador Chrome en 2023, como parte de su iniciativa Privacy Sandbox. Según Google, esta iniciativa busca crear un "espacio seguro" para la publicidad online, donde se respete la privacidad de los usuarios y se evite el fraude y el mal uso de los datos.
Pero entonces, ¿cómo va a funcionar la publicidad online sin cookies? Google propone una alternativa basada en lo que llama FLoC (Federated Learning of Cohorts), que consiste en agrupar a los usuarios en cohortes o grupos según sus intereses comunes, sin identificarlos individualmente. Así, los anunciantes podrán dirigirse a estos grupos con sus anuncios, sin necesidad de acceder a los datos personales de cada usuario.
¿Es esto una buena noticia o una mala noticia? Depende de cómo se mire. Por un lado, los defensores de la privacidad aplauden la decisión de Google de eliminar las cookies, ya que supone un avance hacia una internet más segura y respetuosa con los derechos de los usuarios. Por otro lado, los críticos señalan que Google sigue teniendo acceso a los datos de sus propios servicios, como Gmail, YouTube o Google Maps, lo que le da una ventaja competitiva frente a otros anunciantes. Además, algunos expertos dudan de la efectividad y la transparencia del sistema FLoC, y advierten de posibles riesgos de discriminación o estigmatización de ciertos grupos.
En definitiva, el adiós a las cookies es un cambio radical en el ecosistema de la publicidad online, que tendrá consecuencias tanto para los anunciantes como para los usuarios. Habrá que ver cómo se adapta el mercado a esta nueva realidad, y si Google cumple con su promesa de crear un espacio más justo y equitativo para todos. Mientras tanto, puedes seguir disfrutando de las cookies de verdad, esas que no rastrean tu actividad online, sino que te alegran el paladar.
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